Todos de una u otra forma estamos atravesando esta crisis y a la vez la misma nos está atravesando a todos de una u otra manera. Atravesándonos, confrontándonos y transformándonos.
Toda crisis implica ruptura, desvanecimiento de las formas preestablecidas. Es el momento de ruptura en el funcionamiento de un sistema. Su definición implica separar o decidir, implica a la vez peligro y oportunidad. Un momento de cambio, de decisión, de transformación. Donde lo nuevo empuja por emerger a la vez que lo viejos paradigmas, las viejas formas ya no son sostenibles. Toda crisis nos invita a la transformación. Nos confronta con nuestros miedos, con nuestras creencias y a la vez nos impulsa a trascenderlos. Y al trascender lo que nos limita nos trascendemos a nosotros mismos.
Cuando deviene una crisis, claramente vemos los peligros pero muchas veces dejamos de ver la oportunidad de transformación que la crisis nos trae. La oportunidad la vemos cuando atendemos lo que se moviliza en nosotros a partir de la crisis. ¿A qué nos está invitando? ¿En qué dirección nos impulsa o nos moviliza? ¿De qué formas nos confronta? ¿Qué nos invita a atender o transformar?
La transformación implica ir más allá de las formas conocidas para resurgir en nuevas formas de ser, de hacer y de vincularnos.
Todos de una u otra forma estamos siendo impulsados a dar más de nosotros mismos, a descubrirnos en mayor medida, a vernos más de cerca, desarrollar nuevas habilidades, capacidades, desarrollar nuestra creatividad y nuestra capacidad de resiliencia. Entendemos la resiliencia como la capacidad que todos tenemos de atravesar las situaciones adversas saliendo fortalecidos de las mismas.
Esto es permitir que la experiencia nos atraviese, permitir que nos modifique. Soltar el control y confiar en el proceso, un proceso que se está desenvolviendo en nosotros y a través de nosotros.
En estos momentos estamos viviendo muchos duelos también, de diferentes formas estamos atravesando muchas pérdidas. Muchas personas han perdido seres queridos, otras han perdido sus fuentes de ingreso o las mismas se han visto disminuidas considerablemente, rupturas de matrimonios. La pérdida aunque de diferentes formas para cada quien está presente.
¿Cómo ver la oportunidad frente a lo que impacta tan profundamente? Muerte y vida están en constante danza y sincronía, cuando algo muere algo nace. Detrás del dolor que nos genera la pérdida de un ser querido está también el amor y la consciencia del impacto de lo que esa persona ha significado para nosotros. Ya no está físicamente pero está más vivo que nunca en nosotros. La pérdida nos arrebata algo valioso pero también nos trae algo muy valioso y la oportunidad de honrar con nuestra vida y a través de nuestra propia vida a aquellos seres que han partido.
Cuando lo que era ya no es, la vida nos confronta con una decisión. Aferrarnos, resistirnos al cambio, lo que implica sufrimiento o recibir la transformación y permitir que las experiencias vividas nos transformen y descubrirnos en nuevas y mejores formas, coherentes con la nueva consciencia y la nueva tierra que está emergiendo.
Estamos inmersos en esta transformación, y frente a la misma hay muchas circunstancias que nos impactan y frente a las que no podemos elegir, pero resistirnos a la transformación o recibirla conscientemente si es nuestra decisión. Es esta decisión la que determina el impacto emocional que la experiencia vivida tiene en nosotros. Es el significado que le otorgamos a nuestras experiencias lo que determina el impacto que las mismas tienen en nuestra vida. Si las situaciones que vivimos pasan a debilitarnos o fortalecernos es en definitiva nuestra decisión. Siempre tenemos ese espacio de libertad, por muy adversas que sean las circunstancias siempre podemos elegir cómo significarlas.
La oportunidad que se nos presenta ante la crisis no está afuera sino dentro de nosotros mismos. Cuando internamente nos movemos en la dirección que la crisis nos invita, tomamos los desafíos y recibimos la transformación entonces veremos gradualmente esa transformación de la consciencia reflejada en nuestra realidad. Atravesar la crisis implica atravesar la incertidumbre y confiar en el proceso, un proceso que se está desenvolviendo en nosotros y a través de nosotros para emerger en nuevas formas de ser, de hacer y de vincularnos. Confía en el proceso y recibe la transformación
Comments