Creaciones del tiempo
“El todo es mente; el universo es mental.”… “Y en el grado a la realización que obtenga el hombre de la existencia del Espíritu interno inmanente dentro de su ser, así se elevará en la escala espiritual de la vida. Esto es lo que significa el desarrollo espiritual: el reconocimiento, la realización y la manifestación del Espíritu dentro de nosotros”. El Kybalion

Tiempo es mente, mente es creación, el universo es mental, todo es mente. Donde disponemos nuestra mente, nuestra atención, disponemos nuestro tiempo y nuestra experiencia. Experimentamos constantemente los reflejos de nuestra mente en resonancia con el entorno. Esto espolea la responsabilidad que tenemos de ser cocreadores conscientes, elegir conscientemente dónde disponemos nuestra atención. El tiempo informa a la forma, y todo lo manifestado es reflejo de lo creado en el tiempo, en la mente y a través de la misma.
El tiempo es el río de la experiencia, fluyendo, buscando renovarse constantemente en nosotros y a través de nosotros. ¿Cómo nos vinculamos con este río? ¿Nos resistimos, peleamos contra la corriente de vida? ¿O permitimos que fluya y en su paso nos transforme? Al resistirnos a lo que busca fluir en nosotros y a través de nosotros, nos generamos sufrimiento. Cuando nos permitimos ser canal y cauce, el río fluye transformándonos a su paso. Al resistirnos, vivimos atrapados en un momento del tiempo, una creencia, una herida, una experiencia que busca su liberación generación tras generación, vida tras vida, forma tras forma, recreándose constantemente. Nada se va de nuestra vida hasta que integramos el aprendizaje que vino a aportarnos. Las experiencias, situaciones, circunstancias y dinámicas relacionales se repiten en el tiempo y a través del mismo. Vivimos atrapados en la mente, en un tiempo, en una creación mental que trasciende y se recrea constantemente hasta ser reconocida y liberada de las sombras, a la luz de la consciencia.
Al permanecer en presencia consciente frente al río de nuestra experiencia, la información albergada en el subconsciente va siendo liberada. Sanamos sintiendo, sosteniéndonos conscientemente frente a lo que aprisiona, y frente a lo que nuestras manifestaciones nos reflejan de lo creado en el tiempo y a través del mismo. La información “trasciende tiempo y espacio”, encontrando la mente múltiples formas de manifestar su creación.
Trascendemos el tiempo, sanamos, liberamos y nos liberamos expandiendo nuestra consciencia. Se expande nuestra realidad y nuestras posibilidades y lo que somos capaces de proyectar en el tiempo y a través del mismo. Observando, aceptando, recibiendo, perdonando, liberando y eligiendo conscientemente la forma en que nos vinculamos con lo creado desde otro tiempo, otra frecuencia, otro nivel de consciencia y a la vez eligiendo conscientemente lo que hoy elegimos cocrear.
Elegimos sostener un nuevo tiempo en nosotros y a través de nosotros. ¿Dónde elegimos hoy disponer nuestro tiempo, nuestra mente, qué creaciones queremos ver reflejadas en manifestaciones y qué tiempo elegimos experimentar?
El tiempo se recrea constantemente hasta que en el punto de máximo olvido comienza el camino de retorno. Nos damos cuenta y somos capaces de observar lo que antes no veíamos; somos capaces de observar los patrones y pautas limitantes, somos capaces de observar las diferentes formas en las que nos aprisionamos. Y en ese instante de observación consciente, comenzamos a liberarnos. A medida que vamos soltando la identificación y resonancia con las pautas, formas, frecuencias limitantes con las que nos identificábamos y resonábamos vamos trascendiendo los límites de la consciencia, de la mente y trascendiendo el tiempo.
Todos los tiempos se interconectan constantemente y todo está interconectado a través del tiempo. Somos fractales de consciencia, proyecciones holográficas a través de las cuales el universo, la mente, el tiempo, se experimenta a si mismo. Creaciones de la mente resonando en nuestras luces y sombras, cocreando un nuevo tiempo.
Con amor,
